30 de abril de 2008

Creadores de Viajes


Estos son algunos de los creadores de viajes que por distintas épocas, tiempos y espacios te llevarán a conocer y repensar el mundo. Que comience el viaje.

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Yourcenar. La muerte como viaje.

¿Quién puede ser tan insensato como para morir
sin haber dado, por lo menos, una vuelta a su cárcel?


El viaje es uno de los elementos que atraviesa no sólo la vida si no también la obra de la escritora Marguerite Yourcenar, convirtiéndose éste en una manera de descifrar el mundo desde diversos puntos de vista y en el medio que posibilita tener una comprensión más amplia y diversa de la existencia, ya que todo viaje representa ganancia y aventura.

Encontramos pues, en los Cuentos orientales, historias que viajan por los Balcanes, China o Grecia para asirse de sus diferentes mitos o leyendas y reinterpretarlos desde la perspectiva del mundo moderno; se crea pues una especie de fusión de éste mundo con el antiguo y mitológico.
Del mismo modo, se encuentran relacionados e íntimamente unidos, la noción de muerte y viaje, es decir, se presenta la muerte como un viaje que nos ofrece múltiples significados y alternativas, además de ser un elemento que une a varios de estos Cuentos orientales, tales como La leche de la muerte, el último amor del principe Genghi, la sonrisa de Marko y Cómo se salvó Wang fô en los cuales, en general, la muerte se convierte en la manera más digna de estar en lugar de llevar una vida sin sentido alguno, a la vez que representa un comienzo, un camino nuevo e incógnito que se abre como una forma de huir del mundo moderno e injusto.
Como se menciono anteriormente, la muerte pues adquiere diversos matices, alternativas y significados. El primero, la muerte como salida y continuidad, en el caso de Wan-fô quien después de propiciar un cambio en el modo de mirar las cosas y el mundo, por un lado en Ling que va de la realidad al arte, y por el otro del emperador que va del arte a la realidad, desaparece y encuentra la salida en el mismo arte. El segundo significado, la muerte como espejo que posibilita reflexionar fugazmente sobre la vida y reflejar aun más fugaz algunos sucesos de ésta, al mismo tiempo que exalta la belleza y la vida en sí, pues si fuera para siempre no tendría valor ni sentido “Voy a morir. No me quejo de una suerte que comparto con las flores, con los insectos y con los astros. En un universo donde todo pasa como un sueño, sentiría remordimiento de durar para siempre (…) puesto que su belleza se compone de esta desventura.” Dice Genghi después de descubrir que se hallaba poco preparado para el viaje, para “las renovaciones de la otra vida”. De esta renovación se desprende el otro sentido de la muerte que encontramos en la obra, y es la muerte como posibilidad de escapar a la mentira, a la tenaz hipocresía, al ser despreciado por no ser como los demás quisieran que uno fuera, como le sucede a la Viuda Afrodisia quien prefiere seguir corriendo para que una piedra en el precipicio le enseñe el camino, y así poder llevarse toda su verdad, a salvo, consigo.
La muerte pues, es sólo un comienzo que puede funcionar, cuando se está cerca de ella o cuando se presiente su llegada, como detonante para un posible cambio de perspectiva y forma de ver el mundo. Pero se precisa que antes de ésta, así sea un par de minutos previos, se escudriñe y se saque los sentimientos y se piense en lo que se hizo o se dejo de hacer, para que luego de haber dado una vuelta por nuestra cárcel, tener la sensatez de morir.